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Refugios de biodiversidad en Chiapas: centinelas de la vida

Chiapas es un estado que resguarda algunos de los ecosistemas más ricos y sorprendentes de México.

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En sus reservas naturales se entrelazan selvas húmedas, bosques de niebla y humedales costeros que, además de albergar vida silvestre única, también desempeñan un papel vital para la estabilidad climática, el suministro de agua y la identidad cultural de la región. Estos refugios de biodiversidad protegen ecosistemas únicos y una biodiversidad excepcional, excelentes para el ecoturismo y la conservación.

Montes Azules, paraíso para el ecoturismo consciente

En lo más profundo de la Selva Lacandona, se encuentra uno de los últimos y más grandes refugios naturales de México: la Reserva de la Biósfera Montes Azules. Este extenso paraíso verde, que ha sido declarado parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera por la UNESCO, resguarda una riqueza natural tan impresionante como vital para el equilibrio ecológico del planeta.

Es hábitat de especies en peligro de extinción, como el jaguar, la guacamaya roja, el águila arpía y el tapir. Cuenta con más de 300 tipos de aves y árboles y más de 300 mil especies de flora.

Este rincón de Chiapas es también una joya para el ecoturismo. Por tratarse de un área protegida, no se permite el turismo masivo. Tienes que organizar tu visita a través de cooperativas o centros ecoturísticos gestionados por comunidades lacandonas, que ofrecen caminatas, recorridos por ríos, avistamiento de fauna y experiencias culturales. Cabe destacar que no existe un solo punto de entrada, ya que la reserva abarca más de 300 mil hectáreas y muchos de sus sitios solo se pueden visitar con autorización y acompañamiento local.

El Triunfo, donde moran las nubes

Entre las montañas envueltas por neblina en la Sierra Madre de Chiapas, se encuentra uno de los secretos mejor guardados del país: la Reserva de la Biósfera El Triunfo. Este paraíso natural es hogar de especies únicas en el mundo y un ejemplo vivo de cómo la conservación, la ciencia y el ecoturismo pueden caminar de la mano.

Este ecosistema que atrapa las nubes y las transforma en agua pura, permite el florecimiento de más de 800 especies de plantas, árboles centenarios cubiertos de musgo y una danza de colibríes, quetzales, mariposas y ranas endémicas. Aquí habita el mítico jaguar, el esquivo tigrillo, el pavón y el tapir. También es uno de los sitios con mayor diversidad de salamandras y helechos arborescentes de todo el continente. Está inscrita en el programa Hombre y Biosfera de la UNESCO desde 1993 y es reconocida como un Área de Importancia para la Conservación de las Aves. Los senderos son ideales para quienes buscan experiencias de trekking inmersivo con diferentes grados de dificultad y un edén para los fotógrafos de naturaleza.

El acceso se realiza generalmente por el municipio de Ángel Albino Corzo, desde ahí se puede llegar a la Estación Biológica El Triunfo. Contacta a las cooperativas locales que organizan excursiones guiadas y gestionan el ingreso. La temporada ideal va de febrero a mayo, cuando la neblina permite una mejor visibilidad.

Reserva de la Biósfera La Encrucijada, humedales que dan vida

Donde el agua dulce se encuentra con el mar, surge La Encrucijada, un mosaico de humedales costeros en la costa chiapaneca. Aquí crecen manglares de hasta 35 m de altura, los más altos de toda Mesoamérica, y se resguarda la única comunidad de zapotonales del país.

En esta reserva conviven 665 especies de vertebrados, muchas de ellas bajo protección. Puedes caminar entre senderos, acampar, observar aves o presenciar el proceso de anidación de las tortugas marinas. La reserva se extiende por seis municipios: Mazatán, Huixtla, Villa Comaltitlán, Acapetahua, Mapastepec y Pijijiapan. Abre todos los días del año y visitarla implica también asumir la responsabilidad de conservarla sin basura y tener un profundo respeto por la vida silvestre.

Puedes ingresar por el municipio de Acapetahua, donde parten lanchas y recorridos hacia los distintos puntos de interés. Se recomienda contactar previamente a los centros ecoturísticos comunitarios, que ofrecen recorridos guiados, hospedaje rústico y comida típica, que son San Carlos, El Ballenato y Costa Verde.

Reserva de la Biosfera Selva El Ocote, entre grutas y agua

La Reserva de la Biósfera Selva El Ocote es otro de los pulmones verdes que hacen de Chiapas un estado privilegiado. Es esencial para la recarga de agua del norte del estado y uno de los macizos forestales más importantes de Mesoamérica.

La Selva El Ocote es un reino verde que nunca pierde su follaje. En sus entrañas crecen maderas preciosas, palmas altas, lianas que se enredan como serpientes y plantas epífitas que florecen en lo alto sin tocar el suelo. Este ecosistema es un santuario de vida: se han registrado cerca de 600 especies de vertebrados y se estima que los invertebrados podrían superar las 20,000 especies, con mariposas y escarabajos como protagonistas.

En la Reserva de la Biosfera Selva El Ocote se practica kayak, rapel, campismo y senderismo entre cañadas y ríos. Además, se han implementado modelos de manejo sostenible, como el cultivo de café de sombra, que equilibran la conservación con la producción.

Guardianes de lo sagrado

Estas reservas son más que paisajes; son fuentes de vida, refugios para especies únicas y territorios donde la conexión con la tierra se mantiene viva. Explorar estos espacios es sumergirse en el Chiapas más auténtico que nos recuerda lo esencial: la naturaleza no necesita de nosotros, pero nosotros sí de ella.

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